La sentadilla es uno de los ejercicios más completos para fortalecer el tren inferior y mejorar el rendimiento físico en general. Sin embargo, cuando se realiza con una técnica deficiente, puede convertirse en una de las principales causas de dolor y lesión en la zona baja de la espalda. La compresión lumbar en las sentadillas ocurre cuando la carga y la postura incorrecta ejercen una presión excesiva sobre la columna, lo que a largo plazo puede derivar en molestias crónicas, hernias discales o incluso incapacidad para entrenar con normalidad.
La buena noticia es que con la técnica adecuada, una preparación previa y ejercicios de refuerzo, es posible realizar sentadillas de manera segura, aprovechando todos sus beneficios sin poner en riesgo la salud de la espalda.
¿Qué es la compresión lumbar y por qué ocurre en las sentadillas?

La compresión lumbar se refiere a la presión excesiva que se genera en los discos intervertebrales y estructuras óseas de la zona baja de la columna.
Aunque cierta compresión es normal durante los movimientos con carga, el problema aparece cuando esa presión supera los límites de tolerancia de la zona lumbar debido a una técnica inadecuada, falta de movilidad o debilidad muscular.
En el caso de las sentadillas, esta situación suele presentarse por varios factores combinados: una inclinación excesiva del torso hacia adelante, la falta de activación del core, el redondeo de la espalda baja o el uso de un peso mayor al que el cuerpo puede soportar.
Todo esto aumenta la carga sobre la zona lumbar, comprometiendo su estabilidad y provocando el temido dolor en la parte baja de la espalda.
Errores comunes que generan compresión lumbar en sentadillas
Para evitar lesiones es fundamental identificar primero qué prácticas están dañando tu técnica. Entre los errores más frecuentes encontramos:
- Descuidar la postura neutra de la columna: arquear demasiado la espalda baja o redondearla durante el movimiento es uno de los principales detonantes de la compresión.
- Colocar mal los pies: una posición demasiado cerrada o abierta sin alineación con las rodillas obliga a la cadera a compensar, lo que recae en la zona lumbar.
- Usar exceso de peso: cargar más de lo que puedes controlar compromete la técnica y aumenta de manera directa la presión en la espalda.
- Falta de movilidad en caderas y tobillos: si las articulaciones no tienen rango de movimiento suficiente, la espalda termina asumiendo un esfuerzo que no le corresponde.
- No activar el core: los músculos abdominales y lumbares funcionan como un cinturón natural de soporte; si no se contraen correctamente, la columna queda vulnerable.
Técnica segura para evitar la compresión lumbar en sentadillas
Una ejecución correcta es la clave para que la sentadilla se convierta en un aliado de tu progreso y no en un enemigo de tu espalda. Estos son los pasos esenciales para proteger la zona lumbar en cada repetición:
- Colocación inicial: separa los pies al ancho de los hombros, con la punta ligeramente orientada hacia afuera. Mantén el pecho abierto y la mirada al frente.
- Activación del core: antes de iniciar el descenso, contrae los abdominales y activa los glúteos. Esto generará estabilidad en la zona media y reducirá la presión lumbar.
- Descenso controlado: baja lentamente llevando la cadera hacia atrás como si fueras a sentarte en una silla, evitando que las rodillas se adelanten en exceso respecto a la punta de los pies.
- Columna neutra: mantén la espalda recta, sin arquear ni redondear la zona baja. Imagina que tu columna forma una línea recta desde la cabeza hasta el coxis.
- Profundidad adecuada: no todas las personas deben llegar al mismo nivel de profundidad. Lo importante es descender hasta donde la movilidad de cadera y tobillos lo permita sin perder la postura.
- Ascenso explosivo y seguro: sube empujando fuerte con los talones y activando glúteos y muslos, evitando inclinar el torso hacia adelante.
Ejercicios complementarios para reducir el riesgo de compresión lumbar
Además de una técnica impecable, es fundamental preparar al cuerpo con ejercicios que fortalezcan y den movilidad a las zonas implicadas en la sentadilla. Estos movimientos complementarios son esenciales:
- Puentes de glúteos: fortalecen los glúteos y reducen la carga en la zona lumbar al dar mayor estabilidad a la cadera.
- Plancha frontal y lateral: refuerzan el core y mejoran el control postural en todo tipo de ejercicios.
- Bird-Dog: excelente para trabajar la estabilidad de la columna y la coordinación entre la zona lumbar y abdominal.
- Estiramientos de flexores de cadera: liberan tensión acumulada por estar sentado mucho tiempo, lo que ayuda a mantener una postura neutra durante la sentadilla.
- Movilidad de tobillos con apoyo en pared: amplía el rango de movimiento y evita que la espalda tenga que compensar con inclinaciones.
Rutina práctica de 15 minutos para proteger tu zona lumbar
Si deseas aplicar lo aprendido, aquí tienes una secuencia corta pero efectiva que puedes realizar antes de tus sesiones de sentadillas o entrenamientos de pierna:
- Movilidad de tobillos con apoyo en pared: 10 repeticiones por pierna.
- Estiramiento de flexores de cadera: 30 segundos por lado.
- Puentes de glúteos: 12 repeticiones.
- Plancha frontal: 30 segundos.
- Bird-Dog: 10 repeticiones por lado.
- Sentadillas sin peso (conscientes): 12 repeticiones cuidando la técnica.
Al incorporar esta rutina, tu cuerpo estará mejor preparado para resistir la carga de las sentadillas sin comprometer la zona lumbar.
Consejos adicionales para un entrenamiento seguro
Además de trabajar en la técnica y los ejercicios complementarios, considera estas recomendaciones para prolongar la salud de tu espalda durante tus entrenamientos:
- Progresión gradual de peso: aumenta la carga solo cuando domines la técnica y tengas buena estabilidad.
- Descanso adecuado: un core fatigado o músculos sobrecargados comprometen la postura.
- Calzado adecuado: usar zapatillas de entrenamiento con buena base y estabilidad puede marcar la diferencia.
- Respiración controlada: aplicar la maniobra de Valsalva (tomar aire y mantener presión abdominal durante el esfuerzo) protege la zona lumbar.
- Escucha a tu cuerpo: si sientes dolor lumbar al hacer sentadillas, reduce la carga y revisa tu técnica antes de continuar.
Conclusión
Evitar la compresión lumbar en sentadillas no depende únicamente de levantar menos peso, sino de entrenar con inteligencia. Una postura adecuada, la activación correcta del core y el refuerzo de glúteos y cadera son las claves para ejecutar este ejercicio de manera segura.
Implementar estiramientos, movilidad y ejercicios de activación previos permitirá que disfrutes de todos los beneficios de la sentadilla sin poner en riesgo tu columna. Recuerda: la sentadilla puede ser tu mejor aliada en la construcción de fuerza, siempre que respetes la técnica y cuides tu zona lumbar con cada repetición.